Oliver Bearman ha detallado cómo fue su experiencia con los guardabarros anti-spray que probó en su test en Fiorano. El joven británico revela que hubieron luces y sombras con esta innovadora idea que puede tener éxito en el futuro. Por ahora, son todo experimentos, pero está claro que la FIA quiere mejorar la competición sobre lluvia.
Con el paso de los años, la visibilidad en condiciones de lluvia extrema ha ido empeorando, hasta el punto de no haber llegado a correr. Bearman, junto a Arthur Leclerc, probó unos guardabarros que buscaban eliminar el spray que desprenden los neumáticos. La cantidad disminuyó, pero dichos elementos también tienen sus puntos negativos.
“He seguido a Arthur Leclerc conduciendo con los guardabarros y de momento no hay mucho que decir al respecto. Creo que, viendo los vídeos, el resultado fue bastante similar al que ya experimentamos. Así que, creo que tenemos que volver a la mesa de dibujo para encontrar otras soluciones. Tenemos que seguir buscando y encontrar una solución”, ha comentado Bearman.
“Probamos diferentes configuraciones, pero sólo mojamos las rectas para ver si era posible mantenerse detrás de un monoplaza en esos tramos. Dimos cuatro o cinco vueltas sólo para probar diferentes niveles de apertura. Si los guardabarros están completamente cerrados, también es bastante difícil conseguir las temperaturas ideales de los neumáticos”.
Bearman recuerda toda la carga aerodinámica que generan los coches de efecto suelo, lo cual imposibilita desprenderse por completo del spray. Está claro que hay algunos avances a la hora de mejorar la competición en condiciones de lluvia, pero esta versión no va a ser una solución.
“Creo que el problema es que estos coches generan tanta carga aerodinámica desde abajo. El aire se energiza desde ahí y, por supuesto, el spray sigue al aire. La visibilidad seguía siendo bastante difícil, desde luego era un poco mejor que antes. El trabajo que se ha hecho ha dado algo en términos de resultados, pero todavía no se ha resuelto nada”, ha finalizado.
