Una más y ya van cinco veces las que Mercedes AMG F1 ha conseguido un doblete. La temporada avanza y parece que, nadie va a ser capaz de quitarles de los dos primeros puestos excepto si su fiabilidad falla o cometen errores.
Por tercera vez esta temporada, Lewis Hamilton salió vencedor de un Gran Premio, esta vez si atacó a Valtteri Bottas en la salida y su idea fue dejar sin opciones a todo rival o, mejor dicho, a su compañero de equipo.
La estrella: Lewis Hamilton
El británico estuvo desaparecido todo el fin de semana, pero quizás era una estrategia. El viernes no consiguió ser rápido en ninguna sesión. En los primeros libes fue cuarto a seis décimas de su compañero, mientras que en los segundos seguía por detrás, pero ya más cerca, a 49 milésimas.
En los terceros entrenos si fue el mejor, pero en clasificación de nuevo Bottas sacó lo mejor de él para hacerse con la pole y dejar al británico detrás, algo que pudo doler, ya que era la tercera consecutiva del finés.
Hamilton nunca se da por vencido, a diferencia de Bakú si atacó a Bottas en la salida y se hizo con la primera posición y una vez que está ahí arriba es muy difícil bajarle. No se bajó de esa plaza durante toda la prueba y se llevó la tercera victoria del año, de nuevo, está de vuelta.
El estrellado: Ferrari
Una vez más, no sabría decir que más debe pasar en Ferrari para que se den cuenta de que este no es el camino. Es la quinta carrera y muchos ya le dan por perdido, ni las mejores aerodinámicas ni las mejoras en su supuesto potente motor han podido con Mercedes.
La salida fue mala, de ambos coches, Sebastian Vettel intentó adelantar a Bottas, no le salió del todo bien, Charles Leclerc también andaba cerca, pero Max Verstappen fue el más listo de todos para colocarse tercero y arrebatar el puesto de podio a ambos Ferrari. Y lo que es más grave, no pudieron darle caza ninguno de los dos.
La sorpresa: Haas
Habían anunciado mejoras, sí, pero su progreso ha sido muchísimo mejor de lo esperado. Puntuaron por primera vez en Australia, con Kevin Magnussen, pero en las tres carreras siguientes ninguno de sus dos coches acabó en los puntos.
En los terceros entrenamientos libres metieron miedo a Ferrari, quedándose en la misma décima del tiempo conseguido por Vettel en esa sesión.
Romain Grosjean y Magnussen salieron séptimo y octavo, los primeros de los mortales, y fueron capaces de mantener un buen ritmo de carrera. Salió algo mal al final, ya que la lucha entre ambos pilotos dejó sin algunos puntos más a los estadounidenses.
El duro: Kevin Magnussen
Desde el equipo no quisieron culpar a nadie, tampoco tenemos que hacerlo nosotros, pero si es verdad que el danés fue el más agresivo de esta lucha.
Magnussen defendía la séptima posición, tras el Safety Car que provocaron Lando Norris y Lance Stroll, pero lo que se olvidó es que Grosjean forma parte de su mismo equipo. Le cerró la puerta hasta en dos ocasiones, obligando al francés a salirse del trazado y pasar por detrás de un bolardo en la curva dos, tal y como había obligado dirección de carrera.
Esto provocó que Carlos Sainz llegara a la posición del francés y le arrebatara la octava plaza, dos puntos que se perdieron para Haas, que pueden llegar a ser vitales de cara a finales de año.
El espectáculo: Max Verstappen
Una vez más, el holandés hizo de las suyas. Este año sin duda es el líder indiscutible de Red Bull, ya que Pierre Gasly sigue adaptándose al monoplaza.
En la salida volvió a demostrar de que pasta está hecho adelantando espectacularmente al Ferrari de Vettel por el exterior de la curva tres del Circuit, algo que muy pocos saben hacer bien.
Verstappen llevó a su Red Bull al tercer escalón del podio con un chasis flojo, como bien indican desde el equipo, y un motor Honda que sigue evolucionando y que en teoría está lejos del de los italianos, pero en la práctica otros factores pueden entrar en escena.
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