Se mostraron fiables y fuertes durante los test e incluso durante las sesiones de clasificación, pero ambos coches de Rebellion sufrieron de lo lindo durante las 24 Horas de Le Mans entre unas cosas y otras.
Con esa decoración diferente al resto de pruebas, el #1 quedó fuera de la lucha por ser el mejor que resto relativamente pronto. Primero, un apagón cuando Bruno Senna iba al volante, luego un pinchazo y varios cambios que se tuvieron que hacer durante la prueba en la parte trasera del coche.
El SMP Racing finalmente acabó doblando hasta en tres ocasiones a este coche. André Lotterer, uno de los pilotos del #1, dijo que el motivo tan solo se reduce a falta de velocidad: “Fue muy difícil conducir, perdiendo la velocidad en recta, luego tuvimos un pinchazo. Pero lo más difícil fue que el auto no era muy manejable”.
“Solo tuvimos que llevar el coche a casa desde el principio. Tratamos de cambiar los amortiguadores en la parte trasera para ver, ya no podíamos reconocer el auto. El potencial no estaba allí”, finalizaba.
El Rebellion #3 comenzó mejor, defendiendo la tercera plaza ante los SMP y estando cerca del Toyota #8, que no conseguía coger ritmo y tampoco lo tuvo durante toda la prueba. Gustavo Menezes recibió una sanción de tres minutos y desde ese momento ya quedaron detrás del SMP #11.
“Tuvimos una penalización de tres minutos por, aparentemente, una pegatina en el neumático. Es como si el neumático no estuviera registrado”, explicaba Berthon.
Pero no quedó todo ahí, cuando comenzaron a aparecer las primeras gotas de lluvia, los frenos fallaron y el #3 se fue contra el muro cuando Menezes estaba al volante, un golpe que obligó a los mecánicos a meter el coche en el garaje para repararlo.
“Perdimos todo por lo que estaba un poco bajo presión. Quería adelantar al SMP lo más rápido posible y giró. Esto causó muchos problemas”, decía Berthon, también afirma que los frenos no pararon de dar problemas ya durante toda la prueba.
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