Nyck de Vries, actual piloto de Mercedes en la Fórmula E, ha afirmado que estuvo a punto de abandonar los monoplazas en 2017 debido a sus problemas durante esa temporada. El holandés, que hasta 2018 formaba parte del programa de jóvenes pilotos de McLaren, vive actualmente un buen momento de forma tras proclamarse campeón de la Fórmula 2.
La carrera del neerlandés siempre ha estado plagada de expectativas. Su buen hacer en karting le valió su entrada a McLaren como joven promesa, y además acumuló grandes actuaciones en sus primeros años en monoplazas: ganó la Eurocopa Fórmula Renault 2.0 y la Fórmula Renault 2.0 Alpes, quedó tercero en la Fórmula Renault 3.5 y sexto en la GP3 Series.
En el año 2017 cambió la suerte para de Vries. En su primer año en la Fórmula 2 tuvo que cambiar de equipo a mitad de temporada, y pese a conseguir un séptimo en la general, sus resultados fueron peores de lo esperado. “Para ser justos, creo que mi primera temporada no fue demasiado buena. Comencé con Rapax, pero tenían problemas financieros y me cambiaron a mitad de temporada, dos días antes de Spa, sin saberlo”, ha declarado el holandés para Motorsport.com
Tras su mal año, fue cuando de Vries pensó sobre el complicado mundo de los monoplazas. “Fue una temporada desordenada, pero fue suficiente para sobrevivir. Creo que fue un punto clave en mi carrera porque podría haber dejado los monoplazas y comenzar una carrera en los GT“, ha añadido.
En 2018 fichó por Prema, y fue considerado como uno de los grandes favoritos; sin embargo, tuvo que lidiar con la generación de Russell, Norris y Albon, por lo que quedó por detrás de ellos en el Campeonato de Pilotos. Un año en el que fue derrotado por Lando en su particular duelo por ser la mejor promesa de McLaren, hecho que provocó su salida del programa de jóvenes talentos de los de Woking.
En 2019 cumplía su tercera temporada en la Fórmula 2, y con el estatus de veterano consiguió ganar, de manera holgada, el Campeonato de Pilotos. Para de Vries, en la conquista del título fue clave el papel de ART, su entonces nueva escudería.
“Las personas que te rodean comienzan a confiar en ti, hay más calma y de repente las cosas comienzan a funcionar. Experimenté eso este año, a pesar de tener un inicio difícil. La experiencia que acumulé a lo largo de los años me dio mucha confianza y tranquilidad. Además, el equipo y yo remamos en la misma dirección”, ha finalizado.
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