¿Qué es un hipercoche? Mucha gente se hará esa pregunta, lo podemos definir de muchas maneras, como, por ejemplo, como un coche cuyo único objetivo es impresionar en todos los aspectos, el más rápido, el más potente, el más raro, el más llamativo, el que tenga el mejor diseño, el más vanguardista. Aun juntando todo esto, nos quedaríamos cortos.
El periodista de motor Alex Roy lo define como “un automóvil del mañana hoy”. Dan Neil lo explica como “unos coches que hacen cosas que hace diez años eran ciencia ficción”. Travis Okulski argumenta que es “la expresión de lo que se puede hacer con la tecnología”. Por último, Mike Spinelli dice que es “como crear un traje de Iron Man en forma de coche”.
La historia de los hipercoches no ha nacido ahora con el nuevo reglamento del Campeonato de Resistencia, marcas como Ferrari, McLaren o Porsche ya comenzaron a trabajar en este tipo de coches que será la revolución en el futuro. Unas marcas que han invertido mucho dinero para hacer esta máquina que puede dar miedo por sus altas velocidades.
Pero tampoco hace falta ser una empresa muy conocido o tener un nombre muy elaborado, también hay pequeñas marcas. Esto nos lleva a la empresa de Christian von Koenigsegg, aunque los coches que llevan su marca son mundialmente conocidos por ayudar en esta definición de hipercoche.
Koenigsegg es un ingeniero sin formación, pero que siempre ha querido construir el coche de sus sueños. Cuando era pequeño vio una película de animación noruega en la que un reparador de bicicletas construyó un coche de carreras. El sueco quiso hacer lo mismo y en 1994 se puso en marcha para llevar a cabo su idea naciendo Koenigsegg Automotive AB.
Ese año dibujó el diseño técnico inicial del coche y con un pequeño equipo modelaron los componentes a mano. Dos años después, el primer prototipo era realidad con un chasis monocasco única, con suspensión especialmente diseñada, frenos, brazos oscilantes y montantes. Tenía un interior completo con doble cristal curvado equipado con elevalunas eléctricos.
Los años fueron pasando hasta que en 2014 creó lo que era para él “el coche perfecto”. Se trata del Koenigsegg One:1 con un caballo de potencia por cada kilogramo (1360Cv/1360Kg), siendo también el primer deportivo de producción con 1MW de potencia y alcanzando una velocidad de 440 kilómetros por hora. Una auténtica locura. Sin llamar la atención, Koenigsegg está cambiando la industria del automóvil.
Su sede actual está situada en Ängelholm, un pueblo costero al norte de Suecia. Antes la fábrica estaba en Olofström, pero un incendio que arrasó las instalaciones en 2003, el edificio quedó destruido, pero el material y los coches se pudieron salvar.
Esta nueva sede en una antigua base del Ejército del Aire sueco. Los circuitos que se usaban para despegar y patrullar el perímetro sueco en aviones todavía cruzan la propiedad. El escudo de esta división era un fantasma, cuando Koenigsegg se trasladó al lugar, los miembros de ese antiguo reparto les dijeron que si tendrían el honor del ponerlo en los coches y ese fantasma aparece en los coches que se producen en Ängelholm.
Como decíamos, para 2014 hizo el primer hipercoche con la idea de presentarlo en el Salón del Automóvil de Ginebra de ese año. Un coche que iba a ser para carretera, pero que también se centraría en la conducción en circuito de carreras, por primera vez, Koenigsegg se centraba en la aerodinámica y no en la elegancia.
Este One:1 estaba hecho en su totalidad de fibra de carbono; monocasco, chasis, carrocería, elementos aerodinámicos, también las ruedas siendo el coche de carretera con más fibra de carbono del planeta. Todo esto lo hace más ligero, fuerte y rígido. La empresa usa el mismo material que se monta en los coches de Fórmula 1, prepreg.
El objetivo de Koenigsegg también era que este coche sea el más rápido de la historia y eso significa hacer una vuelta a Nüburgring para registrar un tiempo oficial. Un circuito situado en Alemania de los más peligroso y desafiante con un total de 22 kilómetros y el lugar idóneo para saber si un coche es realmente rápido debido a su exigencia. La idea era hacer las pruebas a finales de verano de 2014, el sueco aseguraba que los cálculos los hacían ver que iban a ser los más rápidos.
Los preparativos para el Salón del Automóvil en Ginebra fueron duros. A falta de dos semanas se tuvieron que hacer turnos largos de hasta 24 horas, ya que empezaron un poco tarde a desarrollar el coche según el director de producción de la empresa, Manuel Berglui. El One:1 llegó a tiempo a Ginebra, allí Koenigsegg recibió felicitaciones por el coche construido.
Ahora tocaba viajar a Nürburgring, pero no toda iba a ser un camino de rosas. Llegó septiembre de 2014 y allí se probaron muchos componentes que tenía esto coche, aunque en su antiguo Agera. Estuvieron durante tres semanas, se cogieron muchos datos, mucha velocidad, pero algo falló y el coche se salió de pista a una gran velocidad, pero no hubo que lamentar daños personales.
Se intentó, a pesar de todo llevar a Alemania el One:1, aunque Koenigsegg no contaba con una gran tragedia que sucedió. En Nürburgring se produjo un accidente que acabó con la vida de un espectador en marzo de 2015 y tas esto, se pusieron una seria de restricciones a lo largo del trazado. Estas eran en cuanto a velocidad; en la zona Flugplatz se limitó a 250 kilómetros por hora y luego en Schwedenkreuz que bajó a 200, pero finalmente se bajó la velocidad a 250 km/h en todo el circuito. Esto si era problema para Koenigsegg, que, aunque intentaron una excepción, no lo consiguieron.
Se decidió ir a Spa para seguir batiendo récord una vez que el de Suzuka lo pulverizaron. Una vez en Bélgica, el piloto sueco Robert Serwanski iba a ser el encargado de intentarlo, pero de nuevo la mala suerte les sacudió cuando en el segundo sector apareció una bandera roja y así hasta el final del trazado. Robert aseguró que policías se pusieron en mitad del circuito para que no continuara. Ese mismo día, el circuito puso restricciones por ruido, el One:1 las superaba por dos decibelios.
¿Qué es de Koenigsegg actualmente?
Finalmente, el récord en Spa fue batido. Una vez que se eliminaron las restricciones en Nürburgring, el One:1 fue allí en 2016 para intentar batir el récord que sustenta el Porsche 918 Spyder en seis minutos y 57 segundos. El día fue nefasto de nuevo, un fallo en el sistema de frenos hizo que sufrieron un fuerte accidente dejando este hipercoche destrozado. El coche voló 20 metros y además acabó incendiado. El piloto salió por su propio pie.
En marzo de 2019, el One:1 fue reparado con éxito cuando la marca iba a estrenar un nuevo concesionario en Lucerna, Suiza. El objetivo de batir el récord todavía no se descartado, seguro que Christian von Koenigsegg no parará hasta conseguirlo.
