Para esta edición, Laia Sanz no se ha marcado un objetivo en cuanto a resultado. Tan solo quiere ir viendo cómo responde su cuerpo tras la enfermedad de Lyme que padece por culpa de la picadura de una garrapata.
De todos modos, Sanz admite que se lo tuvo que tomar con calma acabando a 36 minutos del ganador Toby Price. Tuvo varios problemas con el roadbook, pero es optimista de cara a los próximos días, ya que si la navegación es tan complicada asegura que puede recuperar tiempo.
“La he liado un poco al final de la etapa, me he perdido. Me da rabia, pero la parte buena es que parece que la tónica del Dakar va a ser un poco cada día así. Si cada jornada va habiendo dificultades de navegación se podrá ir recuperando tiempo”.
Laia ha decidido dosificar en esta etapa para no poner en riesgo a su cuerpo: “Me lo he tomado con calma, porque tengo que ir viendo también como voy llevando el cansancio. No quería salir a tope y luego estar fundida mañana. Hay que ir despacio en estos primeros días”.
Para la segunda etapa, la Especial será de 457 kilómetros, aquí la española se dará cuenta hasta qué punto puede llegar su cuerpo. En redes sociales, remarcó sus palabras: “He ido bastante bien al principio, con buen margen de seguridad, sin arriesgar nada en la parte de piedras donde había mucho que perder con cualquier caída tonta. En la parte final me he perdido unos 15 minutos. Me da bastante rabia, pero seguro que habrá días complicados para recuperar”.
