Después de varias temporadas en la sombra, Ferrari fabricó un coche capaz de ganar el Mundial, pero no han sabido mantener el ritmo. De hecho, a falta de una carrera para terminar la temporada, podrían ser incluso terceros en el Mundial de Constructores.
Charles Leclerc ganó dos de las primeras tres carreras, mientras que en la segunda cita del calendario fue segundo. Su ventaja con Max Verstappen era de 36 puntos y el título parecía teñirse de rojo. Desde entonces, Red Bull comenzó a remontar y han sido imparables. Gran culpa de ello, según afirma la Scudería, la ha tenido el límite presupuestario.
Mattia Binotto confirmaba tras el Gran Premio de Brasil que no tuvieron más remedio que detener el desarrollo para esta temporada al haber alcanzado los 144 millones de dólares de tope. “No fue nuestra elección. Simplemente acabamos el dinero. No hubo más oportunidades de desarrollar el coche, así que simplemente nos quedamos donde estábamos”, explicaba, según publica Autosport.com.
Esa falta de actualizaciones ha permitido a Mercedes estar por delante en las últimas carreras, algo que se terminó de confirmar precisamente en Interlagos con la victoria de George Russell. “Obviamente, no comprometemos el desarrollo del monoplaza del próximo año. Decidimos detener el actual, porque necesitarás producir las piezas para ponerlas en marcha. Y esos fueron los costos adicionales que no podíamos pagar”, continuaba al respecto.
“Han sido los coches más rápidos en las últimas carreras, por lo que no sorprende venir aquí a Brasil y que ganen. Trajeron un nuevo paquete aerodinámico en Austin, que creo que funcionó bien, y lo están capitalizando”, opinaba Binotto sobre el estado de forma que mantiene Mercedes en las últimas carreras.
La última victoria de la temporada para Ferrari se dio en Austria, donde, además, podrían haber firmado un doblete de no ser por el abandono de Carlos Sainz cuando estaba cerca de superar a Max Verstappen por el segundo lugar.
