Los primeros entrenamientos libres se detuvieron superados los 40 minutos por un fallo en el GPS, provocado por los neumáticos.
Algo raro estaba pasando durante los entrenamientos libres, ya que los coches iban demasiado lentos por la pista u otros entorpecían a los más rápidos. La FIA optó por detener la sesión mientras investigaba el problema. Se dieron cuenta de que el rastreo GPS estaba fallando y los equipos no podían dar información a sus pilotos.
Según ha informado Motorsport.com, la causa principal no estaba en el sistema de GPS que usa la Fórmula 1, ya que funcionaba perfectamente en el control de carrera. Se trata de un fallo en el servidor que maneja los datos de los neumáticos y distribuye la información a los sistemas gráficos televisión y cronómetro.
La Federación Internacional pudo sacar la bandera verde para los últimos minutos, aunque la sesión no se completó por otra bandera roja que provocó el Williams de Logan Sargeant al quedarse parado tras la curva once.
“Obviamente es un poco complicado. Depende de la pista, pero cuando hay mucho tráfico y la mitad del campo está en una vuelta rápida y la otra mitad está en una vuelta lenta, entonces es ir un poco a ciegas. Entonces, creo que es un poco de seguridad. Se podría correr sin GPS, pero en ocasiones puede ser peligroso”, comentaba Valtteri Bottas al término de la jornada.
En cambio, Nyck de Vries tachó la maniobra de la FIA como “bastante inteligente” porque había bastante desincronización en pista. “Y cuando confías siempre en el equipo y en tu ingeniero para que te informen sobre las brechas y luego, de repente, no pueden informarte, entonces puedes encontrarte en una situación complicada como la que hemos visto. Algunos puntos son bastante ciegos”.
