A Sergio Pérez se le hizo cuesta arriba el Gran Premio de Australia. Todo por varias salidas de pista durante los libres 3 provocadas por una mala configuración del coche, que condujeron a que se quedara atrapado en la grava de la curva 3, después de una pasada de frenada en la Q1 de la clasificación.
Esto le obligó a salir último en la parrilla para la carrera del domingo, aunque finalmente saldría desde el pit-lane por unos cambios realizados en su monoplaza antes de la carrera. A pesar de todo, ‘Checo’ fue capaz de salvar los muebles remontando hasta la quinta posición en la carrera. Consiguiendo a su vez la vuelta rápida, pero perdiendo mucha distancia en la clasificación con Verstappen, que ahora le saca 15 puntos en la tabla.
Christian Horner, jefe de equipo de Red Bull, puso en valor la buena actuación de Pérez el domingo. “’Checo’ estaba contento después de la carrera. Sin duda fue una muy buena actuación por su parte”, declararía justo después de la prueba. A pesar de ello, Horner no quiso entrar en detalles acerca de lo que le ocurrió al mexicano en la clasificación. “Simplemente algo no funcionaba en el coche, pudimos cambiarlo y el problema no se ha repetido, así que son buenas noticias para el equipo”.
Tras la insistencia de los medios de comunicación, Horner también lo hizo. “Ha tenido una tercera práctica muy complicada, en la que no se sentía cómodo con el coche. Entonces cuando tocó empujar fuerte en la Q1, llegó tarde y freno fuerte en la curva 3”, dando a entender de esta forma que quizás había sido culpa del piloto.
“El balance del freno es algo que se controla desde el coche. Aun así, nosotros no vimos nada raro antes de la clasificación”, concluía el inglés. Sin embargo, antes del comienzo del Gran Premio, Red Bull cambió la unidad de almacenamiento de energía y la centralita electrónica del monoplaza de Pérez, pudiendo ser esto la causa de la conducción errática del piloto este fin de semana.
