El Audi RS Q e-tron no ha rendido como se esperaba en el Rally de Marruecos. Stéphane Peterhansel y Edouard Boulanger estaban segundos a falta de un día, pero un fallo en la bomba del agua les dejó en fuera de juego durante la última etapa. El resto del equipo, mucho que mejorar.
Audi llegaba a Marruecos con la esperanza de conseguir un gran resultado después de los test por suelo saudí y su participación en la Baja Aragón. Los alemanes han conseguido tres victorias a lo largo del Rally, pero no ha sido suficiente porque la fiabilidad y la mala suerte han vuelto a dar muchos dolores de cabeza.
Matias Ekström y Emil Bergkvist consiguieron el mejor tiempo en el Prólogo, pero al día siguiente perdieron un punto de control y recibieron una penalización de una hora. En la segunda etapa, un pinchazo y una complicada conducción entre el polvo les dejó fuera de todas las opciones. Carlos Sainz y Lucas Cruz pasaron por varias fugas de aceite en la tercera etapa, mientras que la bomba de agua falló en el último día.
Sven Quandt dice que deben aplaudir el trabajo de todos para disputar el Rally de Marruecos. “Hemos experimentado una vez más lo cerca que puede estar el éxito y la derrota en el deporte del motor. Nuestros pilotos y copilotos y todo el equipo merecen un gran agradecimiento por las tres semanas de arduo trabajo que pasamos en el desierto desde el inicio de nuestra prueba hasta hoy”.
Hasta el mes de enero no se disputa el Dakar y, el director del equipo Q Motorsport, sabe que tienen varias cosas que retocar. “Ahora podemos ir al ritmo que nos faltó en el Rally Dakar. Al mismo tiempo, hemos visto dónde aún queda trabajo por hacer. Todo el mundo sabe lo que aún queda por lograr en los meses previos al Rally Dakar”.
