Los dos pilotos de Audi tiraron con todo en la octava Especial y firmaron un doblete para el equipo. Mattias Ekström ganó la batalla a Stéphane Peterhansel, sacando toda su rabia tras quedarse fuera de todas las opciones en la séptima jornada.
Ekström ha ido a por todas en una Especial corta, que tenía un tramo de Enlace entre medias. En la segunda parte, el sueco se colocó primero y consiguió la segunda victoria durante este Rally Dakar. “Hemos realizado una buena etapa. No hemos tenido problemas mayores. Ayer perdimos tres tuercas de la suspensión trasera izquierda y acabó rompiéndose, lo que nos obligó a esperar a la asistencia”, lamentaba al llegar a meta con la victoria bajo el brazo.
El piloto de 45 años, con menos experiencia en el Dakar que sus compañeros, sufrió en sus carnes la dureza de esta carrera y espera tener la oportunidad de pisar el podio en el futuro. “Estábamos en una buena posición y, desgraciadamente, el equipo tardó mucho en reparar el coche. Es decepcionante haber tenido una primera semana tan buena y luego que se rompa algo así después de solo 30 kilómetros en la primera especial al reanudar. El podio del Dakar es un sueño, y ver que se me escapa así…. Me va a costar digerirlo”.
Pero al igual que a Peterhansel, no le queda otra que seguir en carrera para ser el escudero de Sainz. El francés fue superado por Ekström en pista e impresionado por su ritmo, tuvo que parar y dejar que el polvo desapareciera para seguir. “No fuimos capaces de seguirle”, decía el hombre con 50 victorias de etapa sobre su compañero.
Ahora bien, Peterhansel sabe quién debe ser el protegido en estos últimos cuatro días. “El segundo puesto es bueno para nosotros, y el primero es bueno para él, para sonreír un poco después de sus contratiempos. Sería mejor tener varios coches a la cabeza. Aún quedan cuatro especiales. Carlos está haciendo un gran trabajo en este momento, pero tiene el peso sobre los hombros, y el equipo también”.
