La ventaja de Carlos Sainz en la general tras la octava Especial es de casi 25 minutos, gracias a que Sébastien Loeb cometió un fallo de navegación y tuvo que retroceder cinco kilómetros.
El madrileño estaba rodando cauto, en una etapa con trampa, ya que tenía dos tramos. Uno de 165 kilómetros y el segundo de 199, entre medias, un Enlace. Sainz acabó a varios minutos por detrás Mattias Ekström, ganador de la jornada, pero lo importante es que ganó cinco minutos a Loeb. “Dos partes totalmente diferenciadas: la primera parte de arena, la segunda de piedras. Hemos ido bien, sin problemas, sin pinchazos hoy y contento de pasar un día más”, decía el madrileño al acabar la Especial.
El rostro de Sainz luce una gran sonrisa, pero sabe que debe ir con pies de plomo y los siguientes cuatro días serán complicados. “Todavía queda mucho camino para mí y hay etapas largas. Puedes ver lo fácil que es perder cinco o diez minutos en esta carrera, es muy fácil. Navegación, pinchazos… todo. Es muy estresante”.
Loeb fue más rápido en la primera parte de tierra, liderando la Especial incluso, pero llegó el error. “Hay tantos puntos difíciles que no sé ni siquiera dónde se han perdido. Sé que nosotros hemos ido bastante bien, ha habido momentos que no había trazas e íbamos haciendo nuestra traza e ir sin trazas de nadie siempre produce bastante ansiedad”, comentaba Sainz.
“Nosotros no hemos tenido ningún problema de navegación hoy, ningún pinchazo, y la verdad es que Lucas Cruz ha hecho un buen trabajo. Estamos contentos con la etapa porque hemos podido recuperar algo de tiempo, y un día menos”, añadía el piloto de Audi, que lanzaba flores a su copiloto y amigo.
Con Ekström y Stéphane Peterhansel saliendo por delante en la novena Especial, Sainz no quiso hablar de estrategias al llegar a la meta, ya que debe “prepararla con el equipo y pensarla”, pero si es verdad que le gustaría “tener a un coche detrás”.
