Poco se ha hablado del tema, pero George Russell no ha querido olvidarse de ello. El mayor dolor de cabeza que pueda dar el W15 es otra vez el rebote y, si el equipo tiene que subir el coche, el rendimiento será bajo.
Algunos en Mercedes se ven por delante de Ferrari en rendimiento de carrera, pero Russell prefiere mantener la cabeza fría y marca algunas debilidades del nuevo coche. “Yo diría que el coche de este año es un coche de carreras totalmente diferente”, comentó a los medios en Baréin, según recoge Autosport.com.
Russell habla del famoso rebote en el Mercedes, pero insiste en que el coche es más un coche de carreras. “Pero la única área en la que debemos seguir trabajando es probablemente el rebote que estamos viendo. Nos vimos atrapados con algunos rebotes en las pruebas la semana pasada. Estábamos empujando el coche de forma muy agresiva. Pero como dije, este año estamos lidiando con una bestia totalmente diferente, mientras que en 2022 y 2023 ambos fueron cortados del mismo patrón”.
En la pretemporada se vio como el W15, en las frenadas en curva como la ocho del circuito de Baréin, sigue rebotando bastante. “Para eso están las pruebas. Me gustaría pensar que verás mucho menos de eso este fin de semana. Así que, tres años después, creo que muchos equipos todavía pueden entrar en este circuito y configurar el coche de una manera demasiado baja y agresiva. Siempre hay una línea muy fina porque ahí es donde está la carga aerodinámica”, explica Russell.
El británico cree que Mercedes debe seguir un plan de actualizaciones que mejore la carga aerodinámica, que puede no ser suficiente en el W15. “Estoy seguro de que la pendiente de desarrollo de este coche debería ser mayor que la que hemos visto en los dos últimos coches, porque tenemos una mejor plataforma. El coche se siente bien al conducirlo, pero nos falta aerodinámica”, zanjaba Russell.
