Max Verstappen recuerda que mientras la Fórmula 1 sea un deporte mecánico, abandonos como el de Australia pueden suceder. El holandés era consciente desde la primera vuelta que algo iba mal y sólo ha podido completar cuatro en Albert Park. El pleno de triunfos ya está descartado y por primera vez en casi dos años, no ha completado la distancia total de una carrera.
Australia fue escenario del último abandono de Verstappen en 2022, después de un problema con la bomba de gasolina. Tras llevarse la victoria en la edición del pasado año, hoy, casi 24 meses después, ha abandonado de nuevo. Un fallo en el sistema de frenos ha sido el causante esta vez, una lástima para él, tras haber hecho la Pole, pero es algo que puede ocurrir.
“Creo que algo había ido mal desde la salida. En los datos, podíamos ver que el freno de la parte derecha no se estaba refrigerando. No sabemos lo que ha pasado todavía. Tuve un susto ya en la tercera curva, cuando parecía que un freno estaba parado o se había roto. En las primeras vueltas, estaba fríos, pero se notaba que sólo uno funcionaba bien”, ha reconocido Verstappen.
“Cuando frenas, se refrigera de nuevo, normalmente, pero no íbamos en esa dirección hoy. Vamos a revisar todos los datos y ver de dónde viene el problema. La Fórmula 1 sigue siendo un deporte mecánico y estas cosas pueden pasar siempre”.
Verstappen estaba ante una gran oportunidad de igualar su propio récord de diez victorias consecutivas. El holandés ya lo logró entre Miami y Monza el año pasado y una vez más, el que ha acabado con su racha ha sido Carlos Sainz. Max se ha quedado con nueve triunfos seguidos, la segunda mejor racha de la historia, igualada con la de Sebastian Vettel en 2013.
“Es un golpe duro, porque teníamos la oportunidad de ganar hoy. Estaba detrás de Carlos, pero podría haber sido capaz de adelantarle de nuevo. El coche se rompió por completo pasada la sexta curva y me podía haber ido fuera incluso en ese punto. Teníamos muy claro que algo no iba nada bien”, ha finalizado.
