El madrileño iba a tomar la salida desde la decimosegunda posición, pero un fallo en el SF-23 no le ha permitido colocarse ni en la parrilla.
Cuando faltaba más de hora y media para que comenzara el Gran Premio de Catar, menos tiempo para que se abriese el Pit-Lane e ir a parrilla, los mecánicos de Carlos Sainz empezaron a correr en el garaje. Se detectó una fuga de combustible al llenar el tanque, le vaciaron y parecía que estaba todo resuelto porque empezaba la tranquilidad.
Duro poco porque una vez que se empezó a llenar el tanque de nuevo, la fuga persistía. Ferrari se daba por vencido y anunciaba que Sainz no iba a tomar la salida, en una carrera donde la estrategia iba a ser fundamental y todo podía pasar. “Nada, hay un problema en el tanque de gasolina y no podemos salir a la carrera”, dijo el madrileño en el corralito de prensa.
El que no se consuela es porque no quiere. Sainz dice que mejor que pase en este momento, aunque sabe que hay mucho en juego para Ferrari con el segundo puesto en el Mundial de Constructores. “Venir hasta Catar para no hacer la carrera es un poco frustrante para todo el equipo, sobre todo en la pelea que estamos. A veces el motorsport es así es mejor que pase este año”.
Sainz se va de Catar con tres puntos al terminar la carrera al sprint del sábado en la sexta posición, donde no pudo con Mercedes y mucho menos con los hombres de arriba, es decir, Max Verstappen y ambos McLaren. Los coches de seguridad jugaron a su favor, ya que el SF-23 sufre mucho en circuitos con alta degradación.
