Desde que existe el dichoso COVID-19, el vivac del Dakar impone unas medidas muy estrictas para poder entrar en él. Una de ellas es presentar un test PCR negativo, algo que muchos participantes, desgraciadamente, no podrán hacer y tras un año de trabajo tendrá que decir adiós a su sueño.
La variante Ómicron está dejando muchos contagios e incluso los participantes del Dakar no pueden evitarlo por muchas medidas que estén tomando. Giniel De Villiers finalmente ha presentando un test negativo, pero la semana pasada estaba contagiado de COVID-19.
Una de las que no ha podrá estar definitivamente en Arabia Saudí es Kirsten Landman, piloto sudafricana en la categoría de motos que iba a disputar esta prueba con KTM. Se encuentra bien de salud y piensa en 2023, asegurando que sus socios y patrocinadores continuarán con ella dentro de un año.
“Creo que fue el destino, pero me rompe el corazón, por decirlo suavemente. Renunciamos a volver más fuertes. En 2023 estaré en la salida y luego me aseguraré de cruzar la línea de meta”, comentaba Landman.
La piloto debutó en el Dakar 2020 a los mandos de un KTM 450 Rally Replica y firmó una gran actuación, siendo 55º en la clasificación general y en tercera posición dentro de la clasificación femenina. Tras ver la meta comentó que no volvería al Rally más duro del Mundo, en 2021 siguió la carrera por la televisión y la echó de menos.
Sara García, que volverá a estar encima de su Yamaha sin asistencia, ahora es una gran candidata para la lucha por la victoria en la categoría femenina. Solo Mirjan Pol será su gran rival. Ahora bien, los participantes de la 44º edición ya están en su mayoría en Arabia Saudí, por lo que no se esperan más bajas por esta enfermedad dichosa.
