Lewis Hamilton ha reconocido que supo que no iba a ganar el Mundial en 2023 tras el mismo filming day en Silverstone en febrero. El británico era consciente, desde el primer instante, que el coche era igual que el del año anterior y que no estaría a la altura de Red Bull.
Hamilton siente que Mercedes cayó en la trampa y se dejó llevar demasiado por los grandes resultados de las últimas carreras de 2022, sobre todo, por el doblete de Brasil. El progreso durante el invierno fue escaso y en febrero, el coche era idéntico al del año anterior. Él ya sabía que el concepto sin pontones no iba a funcionar y desde el primer día, tenía claro que no sería campeón del mundo por octava vez al término del presente ejercicio.
“Cuando piloté este coche por primera vez en febrero, supe inmediatamente que no era un coche para ganar el Mundial. Se sintió idéntico al de 2022, así que es una preocupación. La victoria de Brasil fue un gran alivio para el equipo y quizá nos hizo creer que seríamos mejores. Igualmente, estoy agradecido por la experiencia, ya que el equipo ha aprendido que no estamos tan cerca como pensaban”, ha comentado Hamilton.
En lo personal, Hamilton está contento con todas y cada una de sus actuaciones de 2023, exceptuando el error de Catar. El británico cree que ha sido muy consistente y pese a ello, aún tiene la sensación de que puede mejorar en otras áreas. Las dos últimas alegrías, aunque la de Austin no contó, fueron gracias a que Mercedes nunca tiró la toalla.
“Sabemos que tenemos que trabajar duro y hacerlo mejor, pero no hay nadie que haya perdido la esperanza, aunque tengamos una gran montaña para escalar. Creo que este año, he sido muy consistente, quitando una carrera. Sigue habiendo áreas en las que puedo mejorar y los podios de Austin y México se deben a la gran gente que trabaja en este equipo. No han tirado la toalla para 2023 y siguen apretando”, ha expresado Lewis para cerrar.