Maserati ha conseguido su segunda victoria en la Fórmula E, en un momento complicado para el equipo tras quedarse sin director antes de la pretemporada y la marcha de Edoardo Mortara.
Quien ha tenido que tirar del carro ha sido Maximiliam Günther, que en el ePrix de Tokio conseguía la segunda posición en clasificación, solo por detrás de Oliver Rownald. Aguanto gran parte de la carrera por detrás del piloto de Nissan, pero gracias a una mayor energía en la parte final le hizo saltar a la primera posición.
A pesar de aguantar los ataques de Rowland en la última vuelta —se añadieron dos a las 33 iniciales por un coche de seguridad—, Günther se llevaba la victoria como ya hizo en la segunda ronda disputada en Yakarta en 2023. El alemán ha escalado hasta la quinta posición del Mundial con 48 puntos.
“Un fin de semana increíble. Estuvimos entre los tres primeros en todas las sesiones y casi conseguimos la Pole, pero conseguir la victoria es muy especial. Todo el mundo hizo un trabajo increíble. Me sentí muy bien en el coche y hemos dado algunos buenos pasos como equipo en las últimas semanas”, comentaba Günther al terminar la carrera sobre el evento en Tokio.
El siguiente reto es seguir al frente, pero Maserati ha disfrutado de esta victoria como si fuera la primera. “Desde São Paulo, creo que hemos demostrado que tenemos un ritmo muy fuerte y lo convertimos en una victoria. Hubo mucha gestión de energía en carrera, pero nos cubrimos bien, ejecutamos perfectamente la estrategia y los movimientos e hicimos todo lo que teníamos que hacer. Es increíble ganar la primera carrera de la Fórmula E en Tokio y estoy orgulloso. Necesitamos disfrutar este momento”, concluía.
Cyril Blais, ingeniero jefe del equipo Maserati, asegura que desde un principio pesaron en la victoria. “Ejecutamos una estrategia muy bien planificada y decidimos ser agresivos. En lugar de conformarnos con el podio, optamos por luchar por la victoria, y estoy muy orgulloso de Max y el equipo por hacer un trabajo tan bueno”, comentó.
