Una vez más, Aston Martin se ha consolidado como el peor equipo de la Q3. Ni la lluvia ha dado oportunidades a un AMR23 que pierde mucho en el segundo sector de Spa-Francorchamps.
La clasificación de cara al domingo empezó sobre mojado. Durante la Q1 la pista mejoró considerablemente y de ahí que los pilotos tuvieron que estar en pista hasta el final. En los minutos finales de la Q2 se formó en carril que daba lugar a los neumáticos de seco. Fernando Alonso pasó a la última sesión con el noveno mejor tiempo.
En la Q3 marcó uno de los mejores primeros sectores, pero su coche no está para competir en el segundo sector y perdió cuatro décimas respecto a los McLaren, que tampoco consiguieron una primera final como en las últimas carreras. Al final, Alonso saldrá noveno. “La calificación fue estresante. Cada vuelta era un juego nuevo. Tenías que adaptarte todo el tiempo a los niveles cambiantes de agarre”, empezaba diciendo el asturiano.
Alonso pensaba que el séptimo puesto era más realista, pero, de nuevo, con una parrilla tan apretada, el perder un par de décimas te hace retroceder. “Avanzamos en la primera y segunda sesión, que era uno de nuestros principales objetivos. La Q3 fue extremadamente apretada. Terminamos a unas décimas del séptimo lugar, que probablemente fue lo máximo que pudimos haber logrado hoy”.
El bicampeón del mundo admite que todavía falta algo para recuperar el terreno perdido. Al menos siente que el monoplaza era bueno. “Creo que el AMR23 se estaba comportando bien. Todavía nos faltan esas últimas décimas con respecto a nuestros principales competidores, particularmente en una vuelta rápida, pero espero que podamos recuperar algo de ese ritmo el domingo”.
