Una vez más, no ha sido el fin de semana de Carlos Sainz. Volvió a clasificar por detrás de su compañero, pero se veía capaz de luchar por el podio porque no confiaba en el ritmo de Ferrari. Las cosas no salieron como él pensaba y sumó solo un punto.
Sainz perdió una posición en la salida ante George Russell. Con la estrategia no tuvo suerte. Su equipo le montó duros, cuando ya sabían que en el coche de Charles Leclerc no funcionaban, y durante el coche de seguridad que provocó Kevin Magnussen, a diferencia del monegasco, a él no le llamaron para cambiar al medio.
Al madrileño, como es lógico, le costó aguantar la séptima posición que tenía al salir de boxes. Acabó con una décima posición que consiguió gracias a un toque que tuvieron Lance Stroll y Pierre Gasly. Simplemente porque le permitió a Sainz abrir un hueco que nadie consiguió cerrar.
“Ha pasado un poco de todo. El principio de carrera no ha ido mal, aunque hemos visto rápidamente que los Mercedes y los McLaren iban más rápido. He podido extender bien el stint de la media para ir rápido con el duro, pero ha salido el coche de seguridad que ha condicionado mi carrera. He hecho la resalida con una dura frente a los otros rivales, no ha podido ser”, explicaba Sainz para los micrófonos de DAZN F1 sobre su carrera.
El madrileño también valora que el entrar a boxes para montar un blando o un medio tampoco les hubiera dado mucha ventaja. “Si hubiera entrado a poner una blanda hubiera salido décimo y tenía que haber adelantado a esos coches igual. Hubiera sido difícil. Es lo que hay, quizás sin el coche de seguridad hubiéramos acabado delante de Charles, pero es lo que hay”.
En definitiva, Sainz sabe que el SF-23 sigue siendo débil los domingos y más en circuitos como estos. “El ritmo de carrera ahí que mejorarlo, sobre todo con el viento. Había dos o tres curvas que sufríamos con el viento. Sabemos que es el punto débil y que hay que mejorar”.
