El equipo nipón consiguió en Baréin su segundo título de pilotos consecutivos en la era Hypercar, pero aseguran que no fue fácil para sus tripulaciones.
Sébastien Buemi, Brendon Hartley y Ryo Hariwaka eran los favoritos al llegar a Sakhir y se puso todo de cara en la salida cuando el #7 fue golpeado por el Cadillac de Earl Bamber. “Es una sensación increíble, estoy muy agradecido al equipo. Todo salió bien y al final logramos ganar la carrera y el Campeonato del Mundo, fue una noche fantástica”, comentaba Buemi al acabar la carrera.
Toyota sale de la temporada con una espina clavada, sin la victoria en Le Mans. “Siempre es especial ganar, pero este título se logró gracias a la constancia. Aunque no siempre fuimos el coche más rápido, sumamos puntos en todas partes, incluso en las carreras más difíciles. Terminamos con una nota alta y esa es la mejor manera de ganar un campeonato”.
Pero no todo fueron sonrisas durante las 8 Horas de Baréin. Pascal Vasselon confirmó problemas en el sensor de par y en el embrague. “No fue nada fácil, tuvimos problemas en ambos coches. Primero la colisión del #7 en la salida, luego en la primera parada del #8 casi no pudimos arrancar el motor porque, con el frente frío, los neumáticos patinaban”, comentaba el director técnico para Motorsport.com.
“Hubo un problema con el embrague y, como sabes, desde boxes se corre con energía eléctrica, por lo que si no sueltas el embrague el coche no arranca. Tuvimos que arrancar levantándolo. Sucedió varias veces en la primera mitad de carrera, al final optamos por poner segunda velocidad y fue un poco mejor”, explicaba Vasselon sobre los problemas que sufrió el coche nipón.
Vasselon también tuvo unas palabras para el choque que provocó Bamber en la salida. “Increíble, cuando ves un Cadillac bloqueando sus neumáticos durante 100 metros, te preguntas dónde estás. ¿Es una carrera amateur? ¡No es en absoluto profesional! Afortunadamente, nuestro coche arrancó de nuevo, pero podría haber sido el final. Es triste que pasen cosas así a estos niveles”.
