La unidad de potencia híbrida en la IndyCar tendrá que esperar unos meses. Las primeras pruebas con el motor V-6 biturbo de 2.2 litros y la combinación híbrida se llevó a cabo en agosto y se han hecho grandes avances desde entonces.
Hasta 13 pilotos de la IndyCar han ayudado a mejorar la unidad de potencia que ha completado más de 24.500 kilómetros en estos tres meses. Se esperaba que desde principios de temporada tuviera protagonismo, pero el nuevo motor no se introducirá hasta pasadas las 500 Millas de Indianápolis.
Chevrolet y Honda están trabajando en el desarrollo de esta unidad en todo tipo de pistas. Las sesiones han incluido óvalos, circuitos como el de Road America o Barber e incluso el trazado de Sebring, lo más parecido a un urbano. “La asociación entre Chevrolet y Honda ha sido fenomenal. La unidad de potencia híbrida es dinámica y una maravilla de la ingeniería, y estamos completamente comprometidos con su introducción exitosa la próxima temporada”, ha comentado Jay Frye, presidente de la IndyCar, al respecto.
La categoría americana promete que este motor mejorará la acción de las carreras, además de aumentar la potencia de los monoplazas. También incluirá un modo de push to pass como hasta ahora, pero con mucho más control por parte de los pilotos. Desde principios de temporada, los coches tendrán componentes más livianos, como la caja de cambios, para amoldarse al cambio que llegará más adelante.
Uno de los factores para retrasar la unidad híbrida es que equipos como Ed Carpenter, Meyer Shank Racing o Rahal LLR no probado nada. “Creo que tienen razón en que probablemente sea lo mejor que se puede hacer, pero han realizado más de 20.000 kilómetros de pruebas con este aparato. Lo he conducido bastante y funciona. Esto tiene que ser justo, sólido y completamente correcto para todos. Entonces, definitivamente tiene mucho sentido”, decía Josef Newgarden sobre la decisión.