Los promotores de los grandes premios piden rebajas del cánon e incluso la cancelación

Bandera austriaca en el Red Bull Ring. Fuente: Twitter Red Bull Ring.

Tras el escándalo del Gran Premio de Australia, Liberty Media publicó una carta dirigida a todos los aficionados de la Fórmula 1 afirmando que esperan empezar la temporada cuando sea posible, presumiblemente en verano.

Sin embargo, entre los diferentes promotores de los grandes premios, la previsión no es tan optimista. Muchos de ellos aseguran que, desde que se impusieron las restricciones de viaje en muchos de los países del mundo, la venta de entradas ha caído en picado. Esto es un palo muy importante para muchos promotores, ya que gran parte de sus ingresos proceden de las entradas vendidas a los aficionados:

“Estamos preocupados por la situación, un gran premio no se organiza de un día para otro y, además, la venta de entradas ha caído drásticamente desde que explotó toda la crisis. Obviamente, muchos aficionados organizan sus viajes a los grandes premios con tiempo y, ante la duda, prefieren no jugársela y no comprar o cancelar“, asegura un promotor al rotativo inglés The Independent.

Y es que el descenso en la venta de entradas no es el único quebradero de cabeza para los promotores. Tener listo un circuito para que se pueda correr en él es algo que no se hace de la noche a la mañana sino que requiere de un cierto tiempo de preparación. Montar las gradas que no son permanentes o poner el circuito a punto para que los monoplazas puedan rodar en él requiere de cierto tiempo:

“Creemos que empezar en julio es una previsión muy optimista por parte de Liberty Media. Montar un gran premio es una faena que no se hace de la noche a la mañana, sino que requiere de un trabajo que se lleva a cabo durante semanas“, asegura otro promotor.

De esta forma, la celebración de la temporada 2020 de Fórmula 1 queda totalmente en el aire, al mismo tiempo que las posibilidades de la total suspensión crecen. Lo que está claro es que los promotores no se la quieren jugar a ser el primero en celebrar un gran premio con el riesgo sanitario y de reducción de espectadores que pudiera haber.