Las primeras horas para el Toyota #8 se complicaron, pero se dice que Le Mans escoge a su ganador y se dieron una serie de sucesos que dieron la victoria a Sebastian Buemi, Brendon Hartley y Kazuki Nakajima.
Las primeras horas fueron complicadas para el ganador. En primer lugar, Buemi tuvo que entrar a boxes por un pinchazo en su rueda trasera izquierda. Después, cerca de las seis horas de carrera, el #8 tuvo que entrar al garaje para cambiar uno de los frenos. Esto le hizo perder una vueltas con sus compañeros en el #7.
Luego fueron ellos los que sufrieron la mala suerte. Estaba Kamui Kobayashi en el coche cuando el turbo falló y se tiró media hora en el garaje, mientras que el #8 conseguía una ventaja de cinco vueltas. Parecía que iban a perder el podio, pero los problemas del Rebellion #3 le hicieron subir al tercer escalón.
Buemi, al conocerse ya ganador por tercera vez consecutiva, decía: “Cuando miras la carrera, justo después de la salida tuvimos un pinchazo, la zona lenta no iba en nuestro camino, luego el problema de los frenos. De repente, sientes que todo está perdido. Pero en Le Mans nunca es así. Con lo que pasó con el coche hermano y los Rebellion, al final estuvimos allí. Es una sensación increíble, estoy tan feliz de haberlo logrado”, decía para Eurosport.
Por otro lado, Nakajima comentaba: “Qué suerte tuvimos. En primer lugar estoy muy contento por el equipo de que al menos uno de nosotros haya ganado la carrera, eso es algo de lo que teníamos que asegurarnos. Comenzamos con muchos problemas al comienzo de la carrera, y el #7 tuvo un problema más tarde, más grande que nosotros. Estoy bastante contento con lo que hemos hecho, feliz por el equipo”.
Hartley se ha subido esta temporada al #8 sustituyendo a Fernando Alonso. Con esta victoria, es la segunda que consigue en Le Mans: “Estoy orgulloso de mis compañeros y de todo el equipo que nos rodea. Ha sido una curva de aprendizaje empinada para mí entrar en este programa, reemplazando a Fernando. Estos dos muchachos realmente me han ayudado a ponerme al día con este coche de carreras muy complicado y rápido”.
“Hay un grupo increíble de ingenieros detrás de escena tratando de ayudar a solucionar el problema de los frenos, dándonos cambios de configuración para tratar de lograr el equilibrio correcto y todo se ejecutó realmente bien. Esto realmente no se ha asimilado todavía; la emoción no es la misma que antes sin los aficionados”, continuaba para finalizar.