El piloto madrileño ha aterrizado en Austria con ganas de disputar la carrera. Se agarra al buen ritmo que mostró el SF-23 en Canadá.
En las últimas carreras, Ferrari parece que ha encontrado algo más de rendimiento en su monoplaza. Aunque mejores resultados no lleguen, las carreras de España y Canadá fueron positivas. Sobre todo, en el Gilles Villeneuve, donde los italianos consiguieron un cuarto y quinto puesto.
Con una estrategia a una parada, ambos coches fueron escalando posiciones y eso es lo que valora Sainz. “Canadá fue un buen subidón. Viendo el ritmo de carrera, fuimos hacia delante y no hacia atrás el domingo. Acabamos cuarto y quinto con los dos coches, pero la percepción fue diferente, ha sido un subidón de motivación para todo el equipo”, ha comentando en la rueda de prensa de la FIA.
A todo esto, se unen las actualizaciones del SF-23. Un nuevo alerón delantero y trasero, más un fondo plano, que se probaron esta semana en Fiorano. “El equipo ha hecho un trabajo increíble con estas mejoras que introduciremos este fin de semana. Las gracias que les he dado por ello no han sido suficientes. Hay que felicitarles por el esfuerzo y esperamos dar un paso al frente. En el test de Pirelli no aprendimos mucho, teníamos neumáticos de pruebas y allí no puedes probar nada para las carreras”.
Fuera de lo deportivo, Sainz ha dejado claro que no entrará a “valorar tonterías” cuando se le pregunta si su amistad con Fernando Alonso había cambiado por los roces en pista este año. “Mi relación con Fernando es igual de buena que siempre. Es verdad que este año estamos luchando en posiciones muy parejas, pero nada cambia. Sabemos separar perfectamente lo que sucede dentro de la pista de lo que pasa fuera y seguimos manteniendo una buena amistad”.
