Mercedes no ha tenido la pretemporada soñada. Se han dado cuenta de que no podrán estar a la altura de Red Bull y ojo que no puedan meterse en líos con equipos de la zona media.
El W14 parece haber heredado cosas del coche de 2022, algo que no habría gustado al equipo como es evidente. Toto Wolff defiende que tuvieron una prueba “tranquila en Baréin”, a pesar de los diferentes problemas de fiabilidad y otros contratiempos a la hora de configurar el monoplaza. “El objetivo clave era aprender sobre el coche, y aprendimos mucho”, decía el jefe austriaco.
El jefe de Mercedes no quiere aventurarse sobre lo que suceda esta semana en Baréin, pero sabe que tendrán que seguir trabajando. “Siempre es difícil tener una idea clara de la competitividad en las pruebas de pretemporada. Incluso más aún con solo tres días de datos disponibles. Nuestras expectativas eran ponerse al día con el frente, basado en cómo terminó el año pasado. Ese parece ser el caso hasta ahora, pero solo lo sabremos con certeza después de este fin de semana”.
Wolff explica que Mercedes ha conseguido dar un paso adelante con el W14. “Sin embargo, estamos seguros de que tenemos un coche con el que podemos trabajar y estamos en una posición más sólida que hace 12 meses. Lo que es más importante, estamos disfrutando el desafío”.
Mercedes necesita ir a por todas desde el inicio de la temporada, aunque el invierno haya sido uno de los más duros en esta era híbrida. “Se ha trabajado mucho en el W14 durante el invierno y la anticipación de comenzar las carreras ha seguido creciendo. Vamos a ir a toda máquina este fin de semana, y estamos decididos a seguir así hasta la última vuelta en Abu Dabi”, concluía Toto Wolff.
