Williams ha puesto todos sus esfuerzos en 2022 desde bien temprano, pero eso no significa que hayan abandonado totalmente al FW43B, el cual está luchando por la Q2 y no está tan lejos de los puntos en carrera. Por ello, se preparan las últimas actualizaciones para el monoplaza actual.
Haas no tocará más el coche que presentó en Baréin, mientras que Ferrari dijo en Barcelona que prácticamente un 90% de sus esfuerzos están ya puestos en el coche del próximo año. Dave Robson, jefe de rendimiento de Williams, asegura que se acercan a estas dos situaciones. “Creo que no estamos muy lejos de eso. Ciertamente, el tiempo en el túnel de viento es casi en su totalidad para el coche del próximo año”, dice según recoge Motorsport.com.
La gran mayoría, una gran proporción del departamento aerodinámico está trabajando en el coche del año que viene. La oficina de diseño lo mismo”, continuaba al respecto. Admitió que su situación refleja a la de Ferrari. “Por lo tanto, estamos en los últimos retoques de las últimas piezas nuevas para este coche. Sí, probablemente estamos muy similares a Ferrari en esos porcentajes”.
El viento o el ritmo de carrera siguen siendo los puntos débiles del FW43B. Robson ha comentado que pueden sacar más de él. “Hay algunas partes y piezas que no estamos dominando del todo, algunas piezas de prueba que hemos tenido en el coche, las hemos retirado y todavía las estamos perfeccionando”.
Reconoce que, aunque se consiga un rendimiento óptimo, su cambio no será drástico. “Probablemente no va a cambiar nuestro mundo masivamente a medida que avanza la temporada, pero todavía hay más por venir. Sin duda. Vamos a seguir presionando. Creo que podemos sacar un poco más de provecho”.
Imola fue la gran oportunidad para Williams de sumar puntos esta temporada, ellos mismo lo reconocieron, pero un accidente entre George Russell y Valtteri Bottas chafó sus oportunidades. Mientras tanto, Nicholas Latifi, que también se coló en la Q2 ese fin de semana, tuvo una mala primera vuelta y para más inri, acabó contra el muro.
