El ingeniero jefe de carrera de Williams, Dave Robson, asegura que el resultado final de Imola fue muy frustrante para el equipo, pero al menos se llevan varios positivos a extraer de la segunda carrera del año. Los de Grove tuvieron un muy buen ritmo, tanto en clasificación como en carrera, y rodaban en posiciones de puntos antes de abandonar con George Russell.
Williams abandonó con sus dos coches en Imola. Nicholas Latifi tuvo una buena clasificación, pasó a la Q2, pero en domingo no duró una vuelta al golpear contra el muro antes de la variante alta. En el caso de George Russell, rodaba en zona de puntos en la vuelta 31 y al tratar de adelantar a Valtteri Bottas tuvieron ambos un accidente tan espectacular como polémico.
“Fue muy frustrante abandonar con los dos coches, y a su vez un día con emociones agridulces. La clasificación no nos pudo ir mucho mejor. El fallo de Tsunoda fue un regalo para nosotros, pero de todas formas nos merecíamos todas esas posiciones en las que clasificamos. En la carrera, tuvimos una buena oportunidad de sumar puntos”, ha explicado Robson.
“Las condiciones mixtas no fueron ideales para nosotros al principio, pero creo que tomamos las decisiones correctas. Eso sí, irnos con las manos vacías fue frustrante, pero lo positivo fue que tuvimos un buen coche y el ritmo también fue bueno”.
Robson remarca que lo único positivo del accidente entre Russell y Bottas fue al menos que su piloto estaba atacando, lo que deja claro que el ritmo del FW43B era muy bueno. Además, George iba a por nada más y nada menos que un Mercedes, un coche al que Williams no le ha podido seguir el ritmo desde hace muchos años.
“Lo único positivo que podemos extraer del abandono es que al menos fue consecuencia de que estábamos atacando nosotros. Además, el coche al que estábamos atacando fue un Mercedes, y es algo que no hemos podido hacer desde hace mucho tiempo”, ha expresado Robson para finalizar.
